ojeriza
Plural: no se usa en plural
SUSTANTIVO femenino
Definición:
Enojo y mala voluntad contra alguien.
Antipatía hacia alguien que hace que le miremos con malos ojos y que tendamos a perjudicarle.
Enojo y mala voluntad contra uno.
Encono habitual contra determinada persona o cosa.
Antipatía o mala voluntad hacia alguien que hace que valoremos desfavorablemente sus cosas y tendamos a perjudicarle.
Enojo, encono y mala voluntad que se tiene a otro.
Odio o mala voluntad contra alguien.
Antipatía o mala voluntad hacia alguien.
Tener a uno ojeriza: estar prevenido con animosidad.
El sentimiento de enojo, mala voluntad o aversión hacia otra persona
Odio, encono, enemistad.
Sentimiento de antipatía u hostilidad hacia alguien.
Sentimiento de aversión o enemistad hacia alguien.
Sentimiento de hostilidad hacia alguien.
Aversión, animosidad, hostilidad.
Animadversión.
Enemistad, animadversión hacia alguien.
Aversión, mala voluntad.
Manía u odio hacia alguien.
Tirria, antipatía.
Tirria.
Manía.
Tener un prejuicio negativo respecto a alguien.
Tener ojeriza a alguien es tenerle entre ojos, tenerle muy vigilado porque no te fias de él, ya que le tienes prejuzgado.
Si le tienes ojeriza a alguien es que te cae muy mal y no le puedes ni ver.
Mala disposición o antipatía hacia alguien.
No poder ver ni sufrir a alguien.
Si le tienes ojeriza a alguien le miras con recelo.
Tener ojeriza a alguien es tener odio o mala voluntad contra esa persona
Mirar con ojeriza a alguien es tenerle odio o mala voluntad, mirarle con recelo, no soportarle, tenerle tirria, tener animadversión contra esa persona.
Tomar ojeriza a alguien es cogerle manía.
Si le cobras ojeriza a alguien, con envidia le murmuras, y sus pequeños defectos encareces por grandes daños, y le pones en mala opinión con la gente.
Actitud de rechazo o desagrado, incluso repulsión.
Aversión, antipatía o desprecio hacia alguien o algo.
Sentimiento persistente de rechazo o desagrado hacia una persona o cosa, que puede manifestarse en actitudes hostiles o evitativas.
Disposición emocional negativa que lleva a tratar con frialdad, desprecio o mala voluntad a alguien, generalmente por una experiencia pasada o prejuicio.
Forma de animadversión que no siempre se expresa abiertamente, pero que influye en el trato y las decisiones respecto al objeto de esa aversión.
Estado afectivo que mezcla resentimiento con antipatía, sin llegar necesariamente al odio, pero sí marcando una distancia emocional significativa.
Reacción emocional que surge como defensa ante una experiencia negativa previa -objetiva o subjetiva-, generando una actitud de prevención o rechazo, justificada o injustificada, hacia quien la provocó.
Forma sutil de enemistad que no se declara abiertamente, pero se percibe en gestos, silencios, decisiones excluyentes, etc
Sentimiento que puede nacer del orgullo herido, la envidia o la decepción, etc, y que distorsiona la percepción que se tiene de alguien, haciendo que incluso sus acciones neutras se interpreten con sospecha, desdén o malevolencia.
Sinónimos y palabras relacionadas: tirria, malquerencia, malevolencia, odio, encono, rencor, aversión, animosidad, enemistad, hostilidad, antipatía, animadversión, inquina, manía, aborrecimiento, rabia, hincha, fila, fobia
Ejemplos:
Mas él lo hizo no como ellos pensaban, mas muy humanamente: que no se tocó en hombre ni tomaron a nadie lo suyo, sino fué en casa de Picado, porque le tenían mucha ojeriza, porque sabían que era mucha parte para hacelles guerra de hambre y destierros. (1535 - 1557, Gonzalo Fernández de Oviedo, "Historia general y natural de las Indias", España)
Dejémoslos a los tristes, que ellos deben estar tales que no holgarán que nadie los vea, especialmente aquel mi amigo, más triste que gallo de las Indias y más achacoso que judío en viernes. Que si todavía pierde y me viese, se daría al diablo, y terná gesto de oveja, como dice don Benito de Cisneros; y si gana, pensará que entrando yo ha de perder, como anoche.
PALATINO No sé por qué tomó esa ojeriza con vos, que no tenéis gesto ni condición para amohinar.
(1550, Juan de Arce de Otárola, "Coloquios de Palatino y Pinciano", España)
Lo que más obliga y aficiona a un estudiante es visitarle y conversarle en su casa; y si no lo hacéis, haciéndolo otros por el mesmo caso, os habrán ojeriza y enemistad. (1550, Juan de Arce de Otárola, "Coloquios de Palatino y Pinciano", España)
La tía que es mala condicionada es brava, carienojada, rostrituerta; nadie se halla bien con ella; es desapegada; siempre mira con ojeriza; a todos estima en vasura; mira con desdén o menosprecio. (1576 - 1577, Fray Bernardino de Sahagún, "Historia general de las cosas de Nueva España", México)
La persona que viene de limpia sangre es mansa y blanda. Y la tal persona consuela, esfuerça de ánimo a los otros y los alivia de los trabajos. Y la que es mal acondicionada es áspera, y de áspera y dura condición; y que mira a otros con ojeriza, y de embidia huélgase de las adversidades agenas; y de enojado arroja por ahí lo que se le ofrece a las manos. (1576 - 1577, Fray Bernardino de Sahagún, "Historia general de las cosas de Nueva España", México)
La muger hidalga es muy estimada y querida de todos, honrada y reverenciable, grave y esquiva. La tal, si es buena, sabe bien regir su familia y mantenella, y por su bondad a todos muestra amor y benevolencia, dando a entender ser noble y ahidalgada. Y si no es tal, es mal acondicionada, de malas entrañas; mira con ojeriza y desdén; es austera y mal encarada, y corajuda, pesada y mal contentadiza. (1576 - 1577, Fray Bernardino de Sahagún, "Historia general de las cosas de Nueva España", México)
porque ordinariamente desean tratar su espíritu con aquellos que entienden que han de alabar y estimar sus cosas, y huyen, como de la muerte, de aquellos que se los deshacen para ponerlos en camino seguro, y aun a veces toman ojeriza con ellos. (1578, San Juan de la Cruz -Juan de Yepes-, "Noche oscura", España)
Pero tiene ojeriza con los que, enseñando ellos la ley de Dios, no la guardan, y predicando ellos buen espíritu, no lo tienen. Que, por eso, dice San Pablo: Tú enseñas a otros, y no te enseñas a ti. Tú, que predicas que no hurten, hurtas (Rom 2, 21). Y por David dice el Espíritu Santo: Al pecador dijo Dios: ¿Por qué platicas tú mis justicias y tomas mi ley en tu boca, y tú has aborrecido la disciplina y echado mis palabras a las espaldas? (1578 - 1583, San Juan de la Cruz - Juan de Yepes -, "Subida del Monte Carmelo", España)
Y como echasse de ver esto algunas vezes, a la fin echó el libro de si, y cobró con él y con las demás obras deste autor tan grande ojeriza y aborrecimiento, que después jamás quiso leerlas él, ni consintió que en nuestra Compañía se leyessen sino con mucho delecto y mucha cautela. (1583, Pedro de Ribadeneira, "Vida de San Ignacio de Loyola", España)
Que hable aquí de los obstinados y duros en el pecado, y que tienen ojeriza contra la virtud y con Dios y con su doctrina, y que no trate de la predestinación y que ponga dos maneras de pecadores: (1588, fray Pedro Malón de Chaide, "La conversión de la Magdalena", España)
aunque los demonios combaten y tientan á todos los cristianos, tienen particular ojeriza y odio á los monjes y á las personas del todo dedicadas á Dios, y más cruelmente las acosan y persiguen. (1589, Pedro de Ribadeneira, "Tratado de la Tribulación", España)
Siendo tan bien acondicionada la lechuga, es enemiga de la generación, y resfría los entendimientos sensuales, y bebido su zumo en abundancia en ayunas mata, como el opio, que es el zumo frigidísimo de las dormideras, y ansí no habéis de tener ojeriza con el puerro, porque haya el otro muerto con su zumo; y más que dice Dioscórides que, si se mezcla con aguamiel, no solamente no daña, sino que, por el contrario, aprovecha contra las mordeduras de las serpientes ponzoñosas; y el divino Hipócrates aconseja comerle al fin de la comida. (1589, Juan de Pineda, "Diálogos familiares de la agricultura cristiana", España)
Por ese pecado tengo mala ojeriza hasta con los pavos de que íbamos hablando, de los cuales dicen Aristóteles y Plinio y Eliano ser envidiosos y superbos jactanciosos; y esme tan odioso el mentir que aun con las bestias, que de tal están notadas, tengo poca familiaridad. (1589, Juan de Pineda, "Diálogos familiares de la agricultura cristiana", España)
Al cabo y a la postre la hormiga es cosa vil y no puede ser muestra de cosa buena, y por avara la tenía ojeriza el bienaventurado Sant Francisco. (1589, Juan de Pineda, "Diálogos familiares de la agricultura cristiana", España)
Mas ni por esto entiendo que debe andar el viejo ambicioneando por los oficios, ni sobornando los votos, ni granjeando las voluntades de los electores; porque esto estriba en la liviandad de mancebo sin virtud y sin experiencia, allende que tal ingenio y condición es indigno de ser puesto en gobernación, como el que carece del seso y peso, que es el lastre de los que deben tener los oficios. Y los otros de mediana edad, que se quieren mostrar en público y gozar de los bienes y honras comunes, les cobran ojeriza, y con envidia los murmuran, y los pequeños defectos encarecen por grandes daños, y los ponen en mala opinión con la gente simple; mas sobre todo entre los religiosos la ambición y sobornos reinan en los hijos del diablo. (1589, Juan de Pineda, "Diálogos familiares de la agricultura cristiana", España)
Y las mugeres en particular parece que tomaran ojeriza con Él, viéndole tan riguroso con una, por aquella flaqueza en que cayó. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
Mardoqueo constante se mostró en no adorar a Amán, como pretendía dél, y aunque entendió que por ello le aborrecía y tratava su muerte, y de todos los hebreos, por la ojeriza que con él tenía, nada bastó para que él se le humillasse; antes vino a que ni se levantava cuando passava. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
Como quiera que sea ello, era juego, que este nombre le da la Escritura Sagrada, y causó tal ojeriza en la santa muger Sara, que se indignó de muerte y hizo echar de casa al rapaz Ismael. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
Hija mía, no ofrezcas sacrificio a un Dios sólo, porque los otros no se enogen y tomen contigo ojeriza. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
Queriendo mostrar los pérfidos judíos el aborrecimiento y ojeriza que tienen con los cristianos y con Jesucristo, verdadero Dios y Señor Nuestro, diversas vezes refrescan su passión y muerte en niños, hijos de católicos, como se vido en que, haziéndose de concierto algunos conversos dellos, naturales de La Guardia, Tembleque y el Quintanar, pueblos cercanos a Toledo, llevaron de la misma ciudad de Toledo un niño, de edad de tres o cuatro años, llamado Juanico, y fueron con él a una cueva que está cerca de La Guardia, camino de Ocaña, y allí hizieron una cruz de la escalera de un carro que truxeron de un molino, y, desnudando al niño, pusiéronle una soga al cuello, y, tendiéndole en la cruz, el rostro en alto, con otra soga de esparto le ataron piernas y braços, y luego le enclavaron pies y manos en ella. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
De aquí le quedó al demonio grande ojeriza con Dionisio, por lo cual andava molestándole, apareciéndosele en diversas visiones horrendas, haziéndole ruidos cuando escrivía, y dando golpes a la puerta de su celda. (1594, Alonso de Villegas, "Fructus sanctorum y quinta parte del Flossanctorum", España)
A la higuera que no tenía higos, aunque no era tiempo de ellos, le echó Cristo su maldición y secóse, porque tenía ojeriza con ella por haber con sus hojas cubierto á Adán después que pecó. (1598, Fray Alonso de Cabrera, "De las consideraciones sobre todos los evangelios de la Cuaresma", España)
Mas ¡qué antigua ese la ojeriza que Dios tiene con los veedores de Faraón, que á costa de la sangre y de la vida de los que gobiernan no tratan sino que se cumpla la tarea y se edifiquen las ciudades de las tiendas de Faraón y caiga el que cayere porque el edificio no pase! (1598, Fray Alonso de Cabrera, "De las consideraciones sobre todos los evangelios de la Cuaresma", España)
Aquel día que por excelencia se llama del Señor, porque en él ha de hacer toda su voluntad, sacará el Señor todos los soberbios y altivos, arrogantes y fanfarrones, con quien Dios tiene ojeriza, porque son enemigos declarados de su humildad, despreciadores de su ley, confiados de sí, olvidados de Dios. (1598, Fray Alonso de Cabrera, "Consideraciones sobre todos los evangelios de los domingos de Adviento", España)
Ultimamente los confundirá el juez airado, que es lo más para temer; el mansísimo cordero; el que, niño tierno, con sus lágrimas y gemidos nos convidaba, y varón perfecto, con tan elegantes razones nos persuadía. Aquel hermano tan dulce, aquel padre tan bueno, aquella madre tan piadosa, ya hecho león furioso les ha tomado ojeriza. (1598, Fray Alonso de Cabrera, "Consideraciones sobre todos los evangelios de los domingos de Adviento", España)
¿Quién ay que con ellas no tome ojeriza con esta poltrona, puerca y suzia ociosidad? (1600, Gaspar Gutiérrez de los Ríos, "Noticia general para la estimación de las artes", España)
Y con esto entró en el aposento, y todos tras él, y hallaron a don Quijote en el más estraño traje del mundo. Estaba en camisa, la cual no era tan cumplida que por delante le acabase de cubrir los muslos y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy largas y flacas, llenas de vello y nonada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado, grasiento, que era del ventero; en el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama, con quien tenía ojeriza Sancho, y él se sabía bien el porqué, y en la derecha, desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante. (1605, Miguel de Cervantes Saavedra, "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
El cura le estuvo escuchando con grande atención, y parecióle hombre de buen entendimiento y que tenía razón en cuanto decía, y, así, le dijo que por ser él de su mesma opinión y tener ojeriza a los libros de caballerías había quemado todos los de don Quijote, que eran muchos (1605, Miguel de Cervantes Saavedra, "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Así es -dijo don Quijote-, que ese es un sabio encantador, grande enemigo mío, que me tiene ojeriza, porque sabe por sus artes y letras que tengo de venir, andando los tiempos, a pelear en singular batalla con un caballero a quien él favorece y le tengo de vencer sin que él lo pueda estorbar, y por esto procura hacerme todos los sinsabores que puede; y mándole yo que mal podrá él contradecir ni evitar lo que por el cielo está ordenado. (1605, Miguel de Cervantes Saavedra, "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Severino Boetio. Varón Consular. Por su entereça tubo ojeriça con él Theodorico y desterrole. (1611, Sebastián de Covarrubias, "Suplemento al Tesoro de la lengua española castellana", España)
Pero, habiendo estado un mes en ella, por Ferrara, Parma y Plasencia volvió a Milán, oficina de Vulcano, ojeriza del reino de Francia; (1613, Miguel de Cervantes Saavedra, "El licenciado vidriera", España)
Con las dueñas tenía la misma ojeriza que con los escabechados: decía maravillas de su permafoy, de las mortajas de sus tocas, de sus muchos melindres, de sus escrúpulos y de su extraordinaria miseria. Amohinábanle sus flaquezas de estómago, su vaguidos de cabeza, su modo de hablar, con más repulgos que sus tocas; y, finalmente, su inutilidad y sus vainillas. (1613, Miguel de Cervantes Saavedra, "El licenciado vidriera", España)
"Con estas razones de la mala vieja, creyeron los más que yo debía de ser algún demonio de los que tienen ojeriza continua con los buenos cristianos, y unos acudieron a echarme agua bendita, otros no osaban llegar a quitarme, otros daban voces que me conjurasen; (1613, Miguel de Cervantes Saavedra, "El coloquio de los perros", España)
¿qué ha dicho esta vecina para que quedéis con la ojeriza contra ella? (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Entremés del viejo celoso", España)
Quiso hacerla el capellán, y, poniéndole con el loco, habló con él una hora y más, y en todo aquel tiempo jamás el loco dijo razón torcida ni disparatada, antes habló tan atentadamente, que el capellán fue forzado a creer que el loco estaba cuerdo. Y entre otras cosas que el loco le dijo fue que el retor le tenía ojeriza, por no perder los regalos que sus parientes le hacían porque dijese que aún estaba loco y con lúcidos intervalos; y que el mayor contrario que en su desgracia tenía era su mucha hacienda, pues por gozar della sus enemigos ponían dolo y dudaban de la merced que Nuestro Señor le había hecho en volverle de bestia en hombre. (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Sancho, ¿qué te parece cuán mal quisto soy de encantadores? Y mira hasta dónde se estiende su malicia y la ojeriza que me tienen, pues me han querido privar del contento que pudiera darme ver en su ser a mi señora. (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Pero no puedo dejar de formar un escrúpulo y tener algún no sé qué de ojeriza contra Sancho Panza: (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
pero, en fin, sois malos y mal nacidos, y no podéis dejar, como malandrines que sois, de mostrar la ojeriza que tenéis con los escuderos de los andantes caballeros. (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Quisiera yo, señor duque -respondió don Quijote-, que estuviera aquí presente aquel bendito religioso que a la mesa, el otro día, mostró tener tan mal talante y tan mala ojeriza contra los caballeros andantes, para que viera por vista de ojos si los tales caballeros son necesarios en el mundo: (1615, Miguel de Cervantes Saavedra, "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", España)
Lo que dice sólo los que injustamente tienen ojeriza con el culo es que se pee y se caga, cosa que no hacen los ojos de la cara. Y no advierten los cuitados que se cagan mucho peor que el ojo del culo, pues no hay sueño que no se provea por ellos, con mil lagañas; pesadumbre o dolor o pérdida que no se orine por ellos con larga estangurria de lágrimas, cosa que no hace el culo. Lo del pedo es verdad que no le sueltan los ojos; pero hase de advertir que el pedo antes hace al trasero digno de alabanza que indigno de ella. Y sino véase que de sí es cosa alegre, pues donde quiera que se suelta anda risa y es chacota y se hunde la casa. Y es tan importante a la salud, que en soltarle está el tenerla, y así mandan los dotores a los reyes y príncipes que no los detengan. (1620, Francisco de Quevedo y Villegas, "Gracias y desgracias del ojo del culo", España)
Una de las causas por que de ordinario el estado secular tiene ojeriza con el eclesiástico es por juzgarle más rico de lo que está, ponderando que las mejores posesiones y los mejores juros son de las iglesias clericales y regulares, y que por esta causa no tienen los seglares la sustancia de hacienda que piden las cargas de sus estados. (1626, Pedro Fernández Navarrete, "Conservación de monarquías y discursos políticos", España)
Finalmente alabe a vuessa merced el mayor Poeta de nuestros tiempos, con quien gloriosas las Musas ponen entre sus blasones la tiara, vnico honor de los ya desvalidos estudios, que haze felizes los numeros tan perseguidos de la venenosa ojeriza de la embidia. (1629, Gabriel del Corral, "La Cintia de Aranjuez", España)
Yo no te le canonizo, sé que es hombre a quien el Rey (como lo había de dar a otro) ha dado el mayor puesto y el primer lugar de ministro; mi ojeriza tengo yo con el hombre que priva, mas no con lo privado, y sin embargo, no me tienes de tu parte. (1630, Francisco de Quevedo y Villegas, "El chitón de ls tarabillas", España)
Háblase en que el Señor Marqués de los Vélez no prosiga en su Govierno en caso de Paz, por la ojeriça que puede causar ver governarlos el mismo que entró a destruirlos. (1641, José Pellicer de Ossau Salas i Tovar, "Avisos de 1641", España)
Ahora llega a mí noticia que es delito de fe abotonarse la ropilla por arriba. Yo, cuando hallo mala cuenta por arriba, le hago la prueba por abajo a los botones, y cuando se me antoja, con la pluma de los dedos formo un medio partir y acabo en partir por entero, y la yerro las más veces, dejando la cuarta parte de los botones por ajustar. Pues, pregunto, si la fe tiene ojeriza con los botones y han hecho algún agravio contra ella, quemen los botoneros, los sastres, los roperos y más oficios de la botonería y no caerá este grave crimen en el mundo. Porque yo no sé cuál siglo se escapase de este delito, sino el de Adán, que andaban las gentes en pelota. (1642 - 1643, Antonio Enríquez Gómez, "La inquisición de Lucifer y visita de todos los diablos", España)
Tenía ojeriza todas las noches con la cabeza del Rey don Pedro, que está en el Candilejo hecha de mármol; poníase frontero della y atemorizaba el barrio pidiendo para él, y como un poeta que vivía en lo alto de la casa buscase soledad y silencio para hacer sus versos, enfadado de oír tan insolente demanda, le llamó diciendo: (1644, Antonio Enríquez Gómez, "El siglo pitagórico y Vida de don Gregorio Guadaña", España)
Aduierto últimamente, para disculpa de vnos y resguardo de todos, que esta landre de los lugares es vn género de começón que, en començando a hormiguear, apenas ai quien pueda quietar sus vñas. Vn lugar despierta el picante de otro, y assí se van llamando y lisongeando el pensamiento con aires de agudeza, con tan secreta maña que mal se puede cautelar su daño. Aun toda mi ojeriza no basta, a vezes, para ojear estas moscas. (1648, Gonzalo Pérez de Ledesma, "Censura de la elocuencia", España)
Fuente: CORPUS RAE
ETIMOLOGÍA
Universal vocabulario en latin y en romance (1490), del cronista Alfonso de Palencia: no registra el término.
Lexicon hoc est Dictionarium ex sermone latino in hispaniensem (1492) de Elio Antonio de Nebrija: no registra el término.
Vocabulario romance-latín ¿1492? ¿Alfonso de Palencia? (Manuscrito anónimo de la Real Biblioteca de San Lorenzo del Escorial): no registra el término.
Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana (1570), de Cristobal de las Casas: no registra el término.
Bibliothecae Hispanicae pars altera. Containing a dictionarie in spanish, english and latine, de Richard Percyvall, (1591): no registra el término.
Diccionario muy copioso de la lengua Española y Françesa (1604), de Ioan Palet: no registra el término.
Tesoro de las dos lenguas española y francesa, de Cesar Oudin (1607): no registra el término.
Tesoro de las tres lenguas francesa, italiana y española, Girolamo Vittori, 1609:
ojeriza, haine, envie, fascination, odio, inuidia.
Tenér ojeríza, porter envie, regarder d´un mauvais oeil, inuidiare, guardare d´occhio cattiuo
Origen, y etymología, de todos los Vocablos originales de la Lengua Castellana, de Francisco de el Rosal (¿1611?): no registra el término.
Tesoro de la Lengua Castellana, de 1611, de Sebastian de Covarrubias Orozco:
OJERIZA, la mala voluntad que uno tiene a otro.
Vocabolario español, e italiano, de Lorenzo Franciosini (1620):
ojeriza. [ sdegno, odio.
Tomar ojeriza a vno. [ recarsi, o pigliar vno in vrta, cioc non lo poter piè veder, ne patire.
Diccionario Nuevo Español y Ingles, y Ingles y español, 1706, Captain John Stevens:
OJERIÇA, ill-will, or prejudice to another, a grudge, malice.
Diccionario Castellano y Portuguez (1721), de Raphael Bluteau: no define el término.
Diccionario de Autoridades, de 1726-1739:
OJERIZA. s. f. Enojo, encono y mala voluntad que se tiene a otro. Díxose de los nombres ojo, y ira, porque se mira con ojos airados. Latín. Odium. Malevolentia. Livor. COLM. Hist. Segob. cap. 42. §. 16. Algunos Italianos le atendian, y calumniaban con ojeríza, por la entereza con que contradecia algunas cosas. SART. P. Suar. lib. 4. cap. 9. Juzgándose acreedores de la Cáthedra de Prima de Theología, empezaron a mirar con ojeríza al Venerable Padre.
Diccionario castellano de P. Esteban de Terreros y Pando, (1786-1793):
OJERIZA, odio, encono, rencor. V. Fr. Haine, rancune. Lat. Odium, simultas. It. Rancore, odio.
Nuevo Diccionario de la Lengua Española, de 1846 de D. Vicente Salvá:
OJERIZA. f. Enojo, encono y mala voluntad que se tiene á otro. Odium, malevolentia, livor.
Diccionario nacional, o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española, de Ramón Joaquín Domínguez (1846):
Ojeriza, s. f. Encono ó animadversion que se tiene hacia un objeto. || Fras. Tener á uno ojeriza; estar prevenido con animosidad.
Diccionario de la lengua castellana con las correspondencias catalana y latina, de Pedro Labernia y Esteller, 1844-1848:
OJERIZA. f. Enojo, encono y mala voluntad que se tiene á otro. Quimera, malicia. Odium, malevolentia, livor.
Diccionario General de la Lengua Castellana, por Don José Caballero (1849):
OJERIZA, s. f. Encono habitual contra determinada persona ó cosa.
Diccionario de la Lengua Castellana, de D. E. Marty Caballero (1864):
OJERIZA, s. f. Encono habitual contra determinada persona ó cosa.
Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana, de Elías Zerolo (1870):
OJERIZA. f. Enojo y mala voluntad contra uno. « Empezaron á mirar con ojeriza al venerable padre. (Sart.)
Diccionario de la Real Academia de la lengua española (1884):
Ojeriza. f. Enojo y mala voluntad contra uno.
Diccionario enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes. (1887)
OJERIZA: Enojo y mala voluntad contra uno.
..., (esta doctrina) puede ser todavia el objeto de persucución y ojeriza en un pais cuya opinión está dividida acerca de ella, etc.
JOVELLANOS
... no sé, milord, por qué los reyes y sus apóstoles tienen tanta ojeriza á nuestras sociedades secretas.
QUINTANA
- A lo que entiendo,
El tiene trazas de mover un cisco...
Con don Froilán es toda su ojeriza.
BRETÓN DE LOS HERREROS
Diccionario de la lengua castellana con la correspondencia catalana, Delfín Donadíu y Puignau (1890):
OJERIZA. f. Enojo y mala voluntad contra uno. Tirria, quimera, malicia.
Inglés: dislike, ill will, grudge
Francés: haine
Alemán: Abneigung
Portugués: aborrecimiento, ojeriza, Má vontade
Italiano: sdegno, odio, ostilità
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