"Para más os motejar, / quiero dar fin a mis tiros / que, si quisiese hablar, / esto "es gota en la mar" / de lo que podría deciros, / esperando con consejos / de vos, persona cebil, / por unos estilos viejos / vuestros motes trasañejos, / c'abéis dado a treinta mil." (1492, anónimo, "Cancionero de Pero Guillén")
"Amor en el estorbar / los males aparejados, / amor d'aquellos quitar, / amor en el consolar / los que están desconsolados, / no las monjas requerir / muchas veces y a menudo, / ni a quien sabe serbir / con obras y con decir, / no le motejar de mudo." (1492, anónimo, "Cancionero de Pero Guillén")
"Égloga tercera, en la cual se introduzen tres pastores, Menalcas y Dametas y otro llamado Palemón, que fue elegido por juez entre ellos, porque después de averse motejado y vituperado, vinieron en apuesta de cantar."(1496, Juan del Encina, "Traducción de las Bucólicas de Virgilio")
"¡O, damas, donzellas y matronas!, cuyo exercicio consiste en toda nobleza, oy perdéis el espejo en que vos mirávades, oy se pierde el que mucho amávades; ya no veréis al que mucho desseávades, a cuya causa en los lindos corros muchas vezes vos juntávades; las diversas danças, las honestas continencias en los nuevos bailes ya feneçen; nuestro cantar y el discreto motejar y trobar ya toma fin." (1499, anónimo, "La historia de los nobles caballeros Oliveros de Castilla y Artús d´Algarbe")
"Entonces dixo don Polindo: «Señora donzella, bien creo lo que vós dezís de vuestros cavalleros. Y a lo que vós, señora, dezís que yo soy bueno para estar encerrado con damas, digos que si por cierto no fuessen más hermosas que vós sois, por muy mal empleado daría mi persona.» La donzella, con muy gran saña que ovo de ver cómo don Polindo ansí motejar la quería, dixo:" (1526, anónimo, "Polindo")
"Médico - A los dientes no hay remedio sino pasallos a cera, y vos mandáis que traigan mascando el almástiga, y que se los limpien con raíces de malvas cochas en vino, y mandáislos lavar con agua fría, que no hay mejor cosa para ellos, y para la cara y manos lavar con fría y no caliente. Mas si lo dicimos nosotros, no tornarán los pacientes, y así es menester que huyamos de vos porque no concuerda vuestra medicación con nuestra cupida intención. Lozana - Señores míos, ya veo que me queréis motejar." (1528, Francisco Delicado, "La Lozana Andaluza")
"Según está hoy el mundo, sobre quien sois vos, mas quien sois vos, no me paresce que puede uno tener mejor alhaja en su casa que ser y descender de sangre limpia, porque el tal terná de que se loar y no habrá de qué le motejar ." (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"Plutarco en su Apotémata dize que el rey Darío, queriendo motejar al Magno Alexandro de pobre, embióle a dezir que a dó tenía sus thesoros para hazer contra él los exércitos, al qual respondió el Magno Alexandro: "Dezid al rey Darío que él tiene en arcas de metal sus thesoros, y que yo no tengo otros thesoros sino los coraçones de mis amigos. Dezidle más: que a todos sus thesoros un hombre solo se los puede hurtar, mas mis thesoros, que son mis amigos, él ni todos me los pueden quitar" (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"No hay en el mundo igual infamia como es motejar a uno de necio, ni hay otra igual alabança como es llamar a uno sabio, porque en el sabio es muy mal empleada la muerte, y en el necio es muy peor empleada la vida." (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"Muy gran raçón tuvo Hieremías de motejar al pueblo hebreo de loco y descoraçonado, pues no abastaron tantos milagros y tantos sermones, tantos beneficios y tantos avisos como Cristo en ellos obró para hacerlos cristianos, lo cual no pudo proceder sino de poca cordura y de mucha locura." (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"¿Qué mayor honra que llamar a uno hombre de buena vida? ¿Qué igual infamia que motejar a uno de mala conciencia?" (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"Llamaros Esaías heces de Israel y escurriduras de Jacob, tan poca razón tenéis de quexaros dél como la tenéis de mí, pues otro profeta os llamó escoria; otro, carcoma; otro, polilla; otro, labrusca; otro, sentina; otro, orujo; otro, humo, y aun otro, hollín; de manera que como vosotros no os cansábades de pecar, tampoco cesaban ellos de os motejar." (1521-1543, Fray Antonio de Guevara, "Epístolas familiares")
"Luego quando querremos encarecer la codicia de alguno: podremosle motejar con el Refran: a mortuo tributum exigit." (1549, Pedro Vallés, "Libro de Refranes")
"Su principio deste refran fue de la respuesta: que hizieron los lacedemonios al Rey philippo: que les amenazaua: y braueaua contra ellos: diziendo que les hauia de hazer guerra: respondieron ellos: Dionysius corinthi: como quien di dize a vno: que mucho brauea: y tiene pocas fuerças: No tanta agua: Amenazados comen pan. Este rey dezia: que hauia de hazer guerra: y tenia mucha necessidad. Luego quando vno brauea mucho: y tiene pocas fuerças: le podremos motejar con el prouerbio: Dionysius corinthi. Tambien lo podremos vsar: quando queremos demostrar: que vno de gran estado ha venido a muy baxo: como Dionysio" (1549, Pedro Vallés, "Libro de Refranes")
"Como era muy viciosa y mal vezada, / en viendo allí la vieja con Marfisa, / tener no pudo más boca cerrada / para no motejar con burla y risa. " (1549, Jerónimo de Urrea, "Traducción de «Orlando furioso» de Ludovico Ariosto")
"Fue reprehendido Tullio por injuriar a Octauiano manifiesta mente de costumbre de su patria / aunque el Emperador no lo vsaua ya. De vna sola cosa tenemos liçençia en buena conuersaçion quando somos con mote tocados: que podemos voluer la recompensa en la mesma manera y estilo de donaire / con tal condiçion que no exçeda la razon del motejar." (1539, Cristobal de Villalón, "El Scholástico")
"don Roldan que cerca estaua / vino lo luego abraçar / que es aquesto primo mio / como andays sin aguardar / tanto holgaua de veros / nque oluidaua el pelear / viendo vuestra gran destreza / contra el gran rey Gargatay / vos lo dezis señor mio / que me quereys motejar / vamonos señor al monte / donde es nuestro albergar / no nos conozcan los moros / no entremos en la ciudad" (1551, anónimo, "Romance")
"Después, tañendo con su laúd, començó en copla de repente a motejar a todos cuantos estaban en la mesa, sin perjudicar ni afrontar a ninguno. (1553 - 1556, Cristóbal de Villalón, "El Crótalon de Cristóforo"
"Armóle á Juan Fernandez ir á la mano á la señora doña Hierónima, por vengarse de las que ella le habia dado y dixo: Señora mujer, quien tiene la cola de paja, del fuego se teme; como vos sois una sierpe para mí, habeis sospechado que el señor don Diego Ladron las hizo sacar para motejar á las mujeres, y cuando por esto lo hubiese hecho, no teneis que enojaros, pues se dice: sed prudentes como serpientes, esto tienen por quien las crió, que es la prudencia, y la ponzoña por la serpiente, que á la primera mujer engañó" (1561, Luis Milán, "El cortesano")
"Dixo Joan Fernandez: Ya sin esto se la debia por un recuado que llevó de parte mia donde él sabe, y porque se la tengo aparejada nueva, le he hecho rasgar á Maricorta esa vieja que trae; que así como puse nombre proprio al paje del mal recaudo, por los malos recaudos que me traia, así por los buenos que vuestra reverencia me trae, le quiero decir de aquí adelante, el canónigo del buen recaudo.
El Canónigo respondió: Vos per altrem preniu; nous burleu ab mí de tal manera, que pera repondre á mots que fan alcabot al motejar, abat y ballester so. Que en ma terra un temp nom deyen mosen Ster sino mosen Ballester. Que sta gepa que tinch, no es sino aljaba de passadors, pera passar apodadors daquest mon en laltre." (1561, Luis Milán, "El cortesano")
"En paz debemos quedar, / Y en amores en abierto, / De los motes quedo muerto, Pero no del motejar." (1561, Luis Milán, "El cortesano")
"Y, como el tuerto así lo vio, queriéndolo motejar de corcovado o giboso, no mirando él sus faltas, díjole: -Hombre de bien, ¿adónde van las barcas? El corcovado, alzando la cabeza, como vio al otro sin ojo, respondió: -Señor, a Tortosa." (1563, anónimo, "Cuentos de Juan Aragonés")
"Este proverbio pone la ley treynta que es la final en el título nono de la 2ª partida hablando en los que se motejan burlando y holgando como dizen, aviendo palaçio. Y da la forma al que ha de burlar de otro y motejar dél como lo haga de manera que aquel contra quien lo dize no se corra ni enoje sino que él y los que lo oyen todo se rían y huelguen." (1570-1579, Sebastián de Horozco, "Libro de los proverbios glosados")
"«Guaya de vos, Toledo» se suelen dezir para motejar a uno de judío mayormente si es de Toledo aunque de otras partes muchas se podría también dezir donde ovo tantos y más judíos." (1570-1579, Sebastián de Horozco, "Libro de los proverbios glosados")
"traya cada qual dellos vn amorcillo en la mano, además bien fecho, con tal arte que por la flecha de su arco que encaxado traya, lançaba llamas de fuego á dos partes: trayan en medio dél vn Cupido con su venda por los ojos, sin arco ni arma alguna, puesto en vn rico asiento, y como al son de muchos instrumentos pasassen baylando concertada y grauemente dexaron en mitad de la sala el Cupido en su silla, y dándole bueltas ayrosamente cada vno de ellos passando por él le dezia vn mote, burlándose de su poco valor y poder, firiéndole con la ardiente flecha de su Cupido, encendiéndolo poco á poco, desta manera firiéndole todos passauan por el, sino vno de ellos, que el postrero venía, que le no quiso motejar ni ferir por ser del asaz ferido, más con grande acatamiento pugnaua de le apagar el fuego y no pudo, que prendido tanto en él hauia, que remedio no le valió; y assí el Cupido desfecho voló en fumo." (1574, Jerónimo de Urrea, "Primera parte del libro del invencible caballero don Clarisel de las Flores")
"En un banquete que hizo el mariscal don Pedro de Navarra en Toledo, entre muchas cosas que sirvieron a la mesa, fue unas cabezas de puercos jabalíes, cobijadas con romero. Un caballero, quiriendo motejar a uno que estaba cerca de él, dijo al señor que hacía el banquete: -«En figura de romeros, no vos conozca Galván.»" (1574, Mechor de Santa Cruz de Dueñas, "Floresta española")
"Para motejar a uno de buen bebedor, díjole otro que las continas avenidas le habían derribado los molinos y llevado las presas." (1574, Mechor de Santa Cruz de Dueñas, "Floresta española")
"Yendo un gibado por una calle, encontró con un amigo suyo, que era tuerto. Y, queriendo el tuerto motejar al gibado, le dijo: -Fulano, ¿adónde habéis cargado tan de mañana? Respondió el gibado, pareciéndole la pregunta aguda y maliciosa: -Razón tenéis, porque aún vos no habéis abierto más de una ventana." (1575, Juan de Timoneda, "Cuentos añadidos en la edición de Sobremesa de Evora")
"dió mucho cuydado al Duque / esto que se le offrecia, / viendo tan poca deffensa / para la fuerça enemiga / que se llegaua tan cerca / de los muros de la villa, / que vn Mote de sus vanderas /
fácilmente se leya, / que por motejar al Duque / le pusieron por insignia, / y dize el mote «no es nada» / porque el Duque lo solia / dezir burlándose dellos, / quando gente apercebia." (1583, Pedro Padilla, Romancero)
"Pero los que alcanzan ingenio tienen muchas razones y agudas respuestas y motes, con los cuales se entretienen * por no venir a las manos. Desta manera de ingenio notó Salustio a Cicerón, diciéndole que tenía mucha lengua y los pies muy ligeros; lo cual tuvo razón, porque tanta sabiduría no podía parar sino en cobardía para las armas. * De donde tuvo origen una manera de motejar que dice «es valiente como un Cicerón y sabio como un Héctor», para notar a un hombre de nescio y cobarde." (1575-1588, Juan Huarte de San Juan, "Examen de ingenios para las ciencias", España)
"Fuera de esto, ningún animal bruto hay tan húmido como es el puerco, ni de menos ingenio; * y así, un poeta que se llama Píndaro, para motejar a la gente de Beocia de necia, dijo de esta manera: dicta sues fuit gens Baeotia vecors
." (1575-1588, Juan Huarte de San Juan, "Examen de ingenios para las ciencias", España)
"En cuanto toca al decirse verdades yo los conozco por mis discípulos -aunque no sea yo Pitágoras, de cuya verdad ninguno tenía escrúpulo-, mas en lo que toca a se notar sus faltas, no para se corregir el uno al otro sino para se motejar, eso va fuera de mi magisterio, aunque sea por conversación, porque aman los hombres tanto a sus cosas que ni aun entre sueños quieren que ninguno se las tenga en vilipendio, y también los sueños, como las burlas, no tienen más que demediado o cuasi fantástico ser, pues lo de las burlas no es querido, ni lo de los sueños querido ni entendido, bien como lo debujado no es pintado." (1589, Juan de Pineda, "Diálogos familiares de la agricultura cristiana")
"Por lo qual los que saben motejar por dulce y amigable manera y sin prejuizio, sin duda son más amados que los que no lo saben hazer, y son recebidos de todos con los braços abiertos, estimados y regalados." (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
"Por lo qual son amados, los que saben solaçar y dezir bien sin agraviar a nadie. Y son muy pocos los que esto saben hazer, porque han de estar advertidos de muchas cosas para no caer a desgracia, y acontece que lo que con unos se suelen grangear ganándoles la voluntad, se puede perder con otros. Y comúnmente, donde no ha lugar el reir y gustar, se reprueva el motejar y burlar de nadie, porque no hay peor burla que la verdadera." (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
"Y a este tono deve de haver infinito número de motes, assí naturales y sin malicia. Pero ni tampoco el motejar es concedido a todos los que tienen [64r] buen ingenio, porque es una especial gracia y promptitud, con un movimiento de ánimo que no le alcançan todos." (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
Algunos otros hay tan metidos en esta materia de motejar y burlar, que no se les entiende quando hablan de veras o de burlas, y por la mucha continuación que tienen en el hablar donaires o disfraces, quando acaso han de hablar de veras, como no son creídos, ayúdanse de juramentos. Y assí, para no venir a estos términos, deven ser más las veras que las burlas. (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
"En que se conoce el buen mote Baste que los motes tienen en sí cierto testimonio de su donaire y belleza, o de su frialdad y disgusto. Y para conocer si es bueno o malo, no se puede errar quien advirtiere en esto, y es que el que moteja no sea muy confiado de sí mismo. Porque se vee claro, que quando el mote es bueno y agradable, se le pagan luego de contado, solemnizándole con la risa y fiesta que le hazen, y quando no es aprovado del gusto de los circunstantes, se corre el que dize, y se guarda de no motejar más, como sea verdad que el defecto es suyo, y no del que le oye, y no siendo assí aprovado, ha de quedar convencido como en sentencia difinitiva, pues no puede apellar para sí mismo." (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
"Porque hasta aquí havemos tratado del saber bien dezir y motejar, y de la presteza que es menester en esto, y assimismo de los que sin facultad de ingenio porfían [91r] a querer hablar y entretener la conversación, por contentar a si mismos más que a quien los oye, trataré de la confiança que algunos tienen de sí en estas cosas de poesía." (1593, Luis Gracián Dantisco, "Galateo español")
"Hablo universalmente con todos; doliéndome de la ignorancia común, sin pretender (Dios lo sabe, delante quien ahora estamos, y en juicio estaremos algún día todos), afrentar, ni tocar, ni motejar á nadie en particular, sino aprovechar y enseñar y corregir á todos en común. Si alguna otra cosa sospechare ó maliciare, el día del Señor, en que todos nos veremos, lo manifestará; que no se ha de dejar por el escándalo de pocos el aviso de muchos." (1598, Fray Alonso de Cabrera, "Consideraciones sobre los Evangelios de los domingos después de la Epifanía", España)
"Qué cosa más flaca que la gallina, que para motejar á uno de cobarde decís: es una gallina, y se levanta á vuela pie como una sierpe y como un grifo al milano que le quiere tocar en sus pollos? ¿Y si esto puede el amor de los hijos con un ave tan doméstica, ¿qué hará el amor de sus discípulos tan amados en el pecho de Cristo (Dios todopoderoso), viendo que le quieren tocar en ellas? Esto le hace salir y embravecerse fuerza de costumbre." (1598, Fray Alonso de Cabrera, "De las consideraciones sobre todos los Evangelios de la Cuaresma", España)
"Con este furor salió David, danzando ante la Arca del Testamento, por donde le vino su mujer a motejar de loco." (1602, Luis Alfonso de Carvallo, "Cisne de Apolo", España)
"Sí son, como no sea con ánimo de ofender ni de dar pesadumbre, ni maliciosas, que llaman purezas, sino sólo con intento de entretenerse, mostrar ingenio y dar gusto. Y para esto es menester mucha gracia natural, porque no se han de decir las cosas al descubierto, como decir «sois tuerto o corcobado», sino con cierta cubierta, como tratando de motejar se dice en un librillo de entretenimiento, que un motejador para llamar a otro corcobado le dijo: «Temprano habéis cargado», y el otro le respondió: «Y bien temprano, pues no habéis abierto más de una ventana», motejándole de tuerto. Así que de semejantes alegorías, comparaciones y símilis se ha de usar en estos dichos satíricos, procurando dar a entender el concepto que acá tenemos en nuestro entendimiento sin echarlo por la boca, como el agua que está en la garrafa, que sin derramarla se echa de ver. No deja de haber también sátiras perjudiciales y maliciosas. Éstas también si van al descubierto arguyen a poco ingenio del que las dice, y se tiene por necio y mal hablado, como si llamase un hombre a otro «bujarrón», y el otro le llamase «judío» ansí a boca llena." (1602, Luis Alfonso de Carvallo, "Cisne de Apolo", España)
"La justicia, sabido el caso, me adjudicó el despojo de la batalla y mandó que el dueño de la mula hurtada me pagase muy buen hallazgo, pues, por mi industria, había sido librada del poder de la Bigornia, y que se me diese por testimonio, porque nadie me pudiese motejar de mala, sino honrar por casta y astuta." (1605, Francisco López de Úbeda, "La pícara Justina", España)
"Fue muy buen soldado y muchas vezes fue caudillo, y se halló en todos los suscesos deste descubrimiento, y assí pudo dar la relación desta historia tan cumplida como va. Y si alguno dixere lo que se suele dezir, queriendo motejar de covardes o mentirosos a los que dan buena cuenta de los particulares hechos que passaron en las batallas en que se hallaron, porque dizen que, si pelearon, cómo vieron todo lo que en la batalla passó, y, si lo vieron, cómo pelearon, porque dos oficios juntos, como mirar y pelear, no se pueden hazer bien, a esto se responde que era común costumbre entre estos soldados, como lo es en todas las guerras del mundo, bolver a referir delante del general y de los demás capitanes los trances más notables que en las batallas avían passado. Y muchas vezes, cuando lo que contava algún capitán o soldado era muy hazañoso y difícil de creer, lo ivan a ver los que lo avían oído, por certificarse del hecho por vista de ojos." (1605, Inca Garcilaso, "La Florida del Inca", Perú)
"Debiéronla de motejar de morena ó descolorida y, por esso, no conveniente para tan soberano desposorio; y dando razón de sí, dice: No reparéis en lo moreno, que ya he dicho que con ello tengo grande hermosura, natural y sobrenatural, y el color fusco es accidental. Y pudiera decir: Trabajos me hicieron negra, que yo blanca me era." (1607, Fray Juan de los Ángeles, "Consideraciones sobre el Cantar de los Cantares", España)
"Entre aquellas naciones hay una que llaman Quillacu; es gente vilísima, tan mísera y apocada que temen les ha de faltar la tierra y el agua y aun el aire; de donde nació un refrán entre los indios, y los españoles lo admitieron en su lenguaje: decir es un Quillacu, para motejar a uno de avaro o de cualquiera otra bajeza." (1609, Inca Garcilaso, "Comentarios Reales de los Incas", Perú)
"Desta manera tenian por mas fácil injuriar á los dioses que á los hombre, engañados con necia presuncion, sin que por esta causa se hiciese castigo alguno, y sin que por esto succediese alguna pesadumbre en el pueblo, lo cual confesamos estar quitado todo de las costumbres del pueblo cristiano, y sabemos que á ninguno le seria lícito con libertad de palabras motejar ó injuriar en el teatro á los verdaderos sanctos que están en el cielo." (1609, Juan de Mariana, "Tratado contra los juegos públicos", España)
"Ponían estos grandes estatuarios en las peanas de las figures sus nombres como también lo hacían los grandes pintores en sus tablas. Martial lib. 9, Epig. 45, Alcidem modo et caetera, para motejar de ruyn poeta al que ignoraba la lengua Griega," (1611, Sebastián de Covarrubias, "Suplemento al Tesoro de la lengua española castellana", España)
"Yo me alegro se aumente por mi causa / de tus hijos el número. A mí me pesa de tener más hijos / con ayuda de otro. Y otros cien mil lugares ay para motejar con palabras." (1617, Francisco Cascales, "Tablas poéticas", España)
"Innumerables son los lugares del motejar" (1617, Francisco Cascales, "Tablas poéticas", España)
"Majadero, el jubon me traes antes que la camisa: quieres me motejar de açotado?" (1619, Juan de Luna, "Diálogos familiares en lengua española")
"Como en las de los pijaos, los cuales, entre las demás abominaciones que tienen o tenían (porque ya hay pocos o ninguno), era una, que en señalándose uno con valentía en la guerra o en otra ocasión, lo mataban con grande gusto del valiente y lo hacían pedazos y daban uno a comer a cada uno de los demás indios, con que decían se hacían valientes como aquél lo era. Esta costumbre estaba tan introducida entre ellos, que para motejar a uno de flojo y de poco valor, le baldonaban diciendo: que nunca a él lo matarían para que comieran otros sus carnes y se hicieran con ellas valientes." (1627, Fray Pedro Simón, "Primera parte de noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las indias Occidentales", Venezuela)
"Pusiéronse a cenar, y en el discurso les hizo el vino hablar del caso, burlando de lo sucedido y tocando en lo vivo al Emperador y sus ministros y su gobierno; pero el Valestain, que no estaba muy gustoso, se levantó y retiró en el Palacio. La cena y el motejar duró algún tiempo, y cuando habían de entrar los postres, entraron los soldados diciendo" (1607-1645, Diego Duque de Esterada, "Comentarios del desengañado de sí mismo", España)
"... y dará motivo a los que la envidiaron a que aprendan y use la gente noble el andar a caballo, ejercicio tan olvidado y tan de la obligación de los que tienen buena sangre, sin que fíen a su valor y fortuna lo que es alhaja de cualquiera que se ponga con ellas en aquel aprieto, teniéndolas de su parte, que las atesoran muchos sin haberlas conseguido por estudio, que le dejaron de tener quizá por haberles faltado las obligaciones de aprenderle, sin que se les pueda motejar el no haberle tenido, lo que no disculpa a un caballero, pues dicen si como tiene el ánimo y la fortuna supiera a lo que estaba obligado, fuera pasmo del mundo y ventajoso con exceso a todos, de donde saca, en vez de aclamaciones, envidiosas vituperaciones justas, por no haber experimentádose en lo que era debido a su sangre y nacimiento." (1653, Alonso Gallo Gutiérrez, "Advertencias para torear", España)
"La mordacidad y la sátira, como sea manejada con prudencia y cortesía, puede también entrar a parte de la discreción y de la gracia. 18 Vide Le spectateur, to. 4, disc. 53. A todos gusta naturalmente ver tachados los defectos ajenos, como disgusta oír censurados los proprios. Así el motejar y burlar discretamente a alguno de la conversación, será de gusto para los demás. Pero esto pide gran cautela y está sujeto a muchos yerros. Si la mordacidad hiere en cosas mayores; si el burlado no es de humor sufrido, y al mismo tiempo agudo para replicar con donaire; si la burla es muy continua o sobre una misma cosa o contra un mismo sujeto, pierde toda la gracia esta discreción y pasa a ser indiscreción. Para usar bien de la sátira se ha de tener siempre muy presente la caridad cristiana (la cual no permite exceso en esto), la cortesía, la moderación de un trato civil; y finalmente, por dar gusto a muchos no se ha de ofender a uno. Algunos hay que piensan hacer reír y ser discretos con palabras y expresiones deshonestas y torpes; pero se engañan de todo punto. Pocos, los cuales tengan el corazón totalmente corrompido y que sean de la misma pasta, se reirán de gracias tan groseras, tan indignas..." (1729, Ignacio de Luzán, "arte de hablar, o sea, Retórica de las conversaciones", España)
"Por eso los dos de la primera y segunda nobleza hereditaria deben excluirse del comercio directo, pero indirectamente se les debe permitir, y aun conviene se interesen en las compañías de comercio con acciones, para que sean sus protectores, como lo hacen los nobles ingleses a cara descubierta, aunque por sí no comercian, ni por eso habría ninguno que pueda motejar aquella nobleza con tanto celo como el pueblo le promueve." (1750, Pedro Rodríguez Campomanes, "Bosquejo de política económica española")
"Pero cuando no ha de solicitar que sus dependientes no tengan más voluntad que la de Dios y de la ley, sino andar a caza de voluntades ajenas, para embolsarlas en el guante de su perversa voluntad propia, apostaré que si en ese caso huyese yo de emporcar mi voluntad con el contacto de aquellas voluntades viles y venales, dirían que yo era terco y amigo de mi voluntad. Sólo respective a estos casos me podrán motejar los impostores que lo soy." (1772, Fray Martín Sarmiento, "El porque sí y porque no", España)
"Y no obstante le veis ceñudo y fiero / motejar sus aciertos de simplezas / sin que nadie le trate de embustero." (1778-1822, Leandro Fernández de Moratín, "Poesías completas", España)
"En su concepto compuso Cervantes estas comedias con el fin de ridiculizar las de su tiempo, haciéndolas artificiosamente malas para motejar y castigar las comedias defectuosas y disparatadas que se introducian como buenas; prgando por este medio el depravado gusto y viciada moral del teatro, asi como escribió el Quijote para burlarse de los libros de caballería." (1819, Martín Fernández Navarrete, "Vida de Miguel de Cervantes Saavedra", España)
"Estas son, amigo mío, las reflexiones que haría yo a toda esa cuadrilla de aconsejadores ex post factum, siempre que les oyera motejar de imprudencia aquello mismo que ellos dejaron de decir por malicia o por tontería." (1820, Sebastián de Miñano, "Sátiras y panfletos del Trienio Constitucional", España)
"Si hubiesen cuantos escriben de pararse en esas bicocas, no veríamos tantos autores que viven de fastidiar a sus lectores: a más de quedaros siempre el simple recurso de disgustar a los unos y a los otros, dejándolos a todos iguales: y si os motejan de torpe, no os han de motejar de injusto" (1833, Mariano José de Larra, "Mi nombre y mis propósitos", España)
"¡Petulancia chocante avilantarse a sonrojar barba a barba a un hombre honrado acusándole de que no es padre de sus hijos: y arrojo temeron, sobre todo, motejar de injenio memo a un Cervantes!" (1835, Bartolomé José Gallardo, "El criticón", España)
"El Probabilismo tampoco halló muchos partidarios en España. Las escuelas solían motejar de ello á las opiniones contrarias; pero examinadas á fondo las doctrinas, se ve que por lo comun aquellas calificaciones no pasaban de injurias de escuela." (1855, Vicente de la Fuente, "Historia eclesiástica de España")
"Las censuras de la sociedad, lejos de tener un sentido moralizador, propenden por el contrario, a desanimar y corromper a los pocos que todavía manifiestan amor al bien y respeto a la moral; pues nada es más frecuente que motejar de torpes, imbéciles o ineptos al comerciante que no supo retirarse a tiempo, robando a sus acreedores, por medio de una quiebra fraudulenta, o al fabricante que se arruina por no querer adulterar los géneros o explotar los operarios, aumentando las horas de trabajo y disminuyendo la retribución, a fin de hacer pronto, con la sangre de estos, gran fortuna, mediante una competencia de mala ley; en una palabra, la sociedad califica de necios y estúpidos a todos los que prefieren la honradez a una ganancia criminal en todas las profesiones, artes y oficios." (1876, Julián Zugasti y Sáenz, "El Bandolerismo", España)
"Para anunciar a sus compañeros en la sala de estudio que venía el Padre Fernández, varón pesado cuyos pies de plomo hacían temblar el pavimento, decía: Cavete Ferdinandum... Ecce draco... Exaudite... quatit ungula campum. En las horas de recreo, en el claustro bajo, no perdía ripio para motejar a los condiscípulos, y si algún extraño entraba en la casa para hablar con los jesuitas, Grijalva le había de echar su latín correspondiente, verbi gratia" (1879, Benito Pérez Galdós, "Un faccioso más y algunos frailes menos", España)
"Vuelto a mi Chile, aunque era yo entonces demasiado niño para darme cabal cuenta de los adelantos de mi país, porque entonces éramos niños hasta la edad de 17 años y muchachos más allá de la de los 20, ya comenzaba mi mente a gozar de bastante independencia para permitirme motejar preocupaciones o reírme de ellas." (1882, Vicente Pérez Rosales, "Recuerdos del pasado", Chile)
"Lo único que pudiera aseverar, apoyado en el testimonio de los mismos mineros, es que los trabajos andaban, en general, a la «salga lo que saliere», puesto que no había un solo minero que, al alabar su sistema de trabajo, dejase de motejar el del vecino." (1882, Vicente Pérez Rosales, "Recuerdos del pasado", Chile)
"no para estudiar sus relaciones ni admirar el órden y armonía que existe entre el principio y el tiempo, la causa y el efecto, la criatura y el Criador; sino para buscar razones con que motejar la purísima luz de la divina revelación, desnaturalizar la doctrina del Crucificado y oscurecer la moral pura de su Evangelio." (1883, Eulogio Horcajo Monte de Oria, "El cristiano instruido en su ley", España)
"Esto no tendría otro valer que el de un chiste de pésimo gusto, como el de motejar a los andaluces de hoy de vándalos o de berberiscos." (1887, Juan Valera, "Historia de la civilización ibérica", España)
"A más de estas suciedades, tenía don Pacho especialísimo prurito de contradecir y motejar a todo el mundo, y dar bromas de perverso gusto, sólo por el de hacer rabiar a los cristianos." (1896, Tomás Carrasquilla, "Frutos de mi tierra", Colombia)
"El principal tema de los versos de Alcalá es motejar á Montemayor de cristiano nuevo y aun de judaizante" (1905, Marcelino Menéndez Pelayo, "Orígenes de la novela")
"nombre del espíritu moderno, interpretado y definido a merced del gusto caprichoso de ciertos hombres, suelen motejar de trasnochados y arcaizantes, en literatura lo mismo que en política, a cuantos no doblan su albedrío y su criterio al yugo impertinente de las modas pasajeras, al último patrón aderezado por los pérfidos y falaces modistos del pensamiento y la palabra." (1915, Ricardo León y Román, "Discurso de recepción en la Real Academia Española", España)
"¡Al contacto de mis labios vi que se ennegrecían sus pupilas, que son mi locura, y se sonrojaban sus mejillas, que son toda mi alma! Y exclamé: ¡Oh corazón mío! Di a los que se atreven a motejar tu pasión: ¡Oh sensores, enseñadme un objeto tan hermoso como mi bien amado!" (1916, Vicente Blasco Ibáñez, "Traducción de Las mil y una noches", España)
"La sobrina de don Francisco Irala, María, Marilala, se había fugado con Armando Mijares, y ya era hora de quitarle la sordina a la murmuración: la sonata de aquella fuga no requería pedal, el "silenciador" estaba demás... Se habían ido... Algunos condenaban, ¡casi todos!, justo es decirlo, el "ultraje" inferido a un hogar; algún periódico aludía, veladamente, «a esas agitadas corrientes que conmueven el fondo de los hogares honorables»; un cura que tenía tres hijos naturales suscribía una densa galerada de consideraciones de actualidad", donde a vuelta de motejar al «impío Garibaldi», a la ley de divorcio, a la funesta francmasonería, etc., terminaba, empinándose en la cabeza maciza del párrafo, precisamente entre un aviso del «Gonorroul» y otro del «Ungüento Antisifilítico»: «Alerta, padres de familia, no consintáis que vuestras tiernas hijas beban en esas impuras fuentes de donde emanan los males del siglo: las modas, la lectura de novelas y el uso inmoderado del corsé, para que no tengáis que arrepentiros de tantas desgracias como ocurren a diario en el seno mismo de nuestra cristiana sociedad, etc.»" (1918, José Rafael Pocaterra, "Tierra del sol amada", Venezuela)
"Quevedo fustigó, satirizó, cauterizó las costumbres, los vicios y las rutinas de su tiempo, y en fuerza de disgustos, persecuciones y condenas no pudo librarse de la flaqueza que representa el poco valeroso ensañamiento de su inquina perseverante contra los que menos responsabilidad y reciprocidad pudieran significarle. ¿Qué iban a valer contra él dueñas, alguaciles, busconas y aun médicos y cirujanos, cuando cada vez que algo intentaba motejar a nobles, magistrados o validos, tenía que sufrir destierros, cárceles o persecuciones?" (1918, Carlos María Cortezo, "Discurso del Excmo. Señor D. Carlos María Cortezo", España)
"De este corte es también testimonio «Recelos y avaricia» donde el conocido explorador, arqueólogo y paleontólogo, autor de varias obras de este género, se familiariza con los estratos, la silex, y materia ósea, para motejar con sutil ironía a los investigadores que a medio cuajar pretenden haber arrancado los arcanos a la ciencia, y acaba personificando su sátira con una lección saladísima de Toponimia con el posible enclavamiento del Paraíso terrenal en la Liébana." (1928, Hermillo Alcalde del Río, "Escenas cántabras", España)
"Nadie tiene derecho a motejar de antipatriota al adversario" (Mariano Quintanilla, 1930)
"Azorín glosa tierna y certeramente los autores clásicos que antes fustigaba. El pesimismo tonal de la primera etapa pierde sus opacidades y tras ellas alumbran las luces de enamorada contemplación de España, de devoción honda a sus esencias. Por eso nada más torcidamente falso que motejar a esta generación de antiespañolismo: sacrificaron con toda su alma lo mejor que tenían a los pies de su divinidad, «lo español»; más energías y sueños que ninguna otra generación de nuestra historia literaria." (1943, Pedro Salinas, "La literatura española moderna", España)
"Descarrío que ofuscó a republicanos y monárquicos, hirió, en cambio, la sensibilidad exquisita de este hombre singular, a quien las autoridades españolas llegaron a motejar de debilidad hacia los hombres de la Independencia, porque invocó para ellos las leyes de la justicia y de la humanidad. Incomprendido por unos y por otros, como todos los que en horas de confusión se sitúan en posición ecuánime, sufrió el menosprecio de las autoridades del régimen que procuraba defender con sus claros y generosos consejos y el baldón tardío de quienes se niegan a comprender la honestidad histórica de su trayectoria de realista." (1947, Mario Briceño-Iragorry, "El Regente Heredia o La Piedad Heróica", Venezuela)
"Pablo, que no repara en motejar al emperador de inicuo cuando se lo merece, y así llama a Nerón mysterium... iniquitatis (2 Thess. 2,7) -es una interpretación del Crisóstomo-, califica de santos a estos pobres necesitados de alimento y para los que pide limosna." (1953, VVAA, "La palabra de Cristo", España)
"Esto no es motejar de tartufos a los «poetas sociales». Pero sí decirles que se equivocan de medio a medio y que la poesía no tiene nada que ver con la redención del proletariado ni con las afrentosas dictaduras que se oponen a la libertad de los mansos a la fuerza." (1958, Juan José Domenchina, "El extrañado", España)
"Son los armuelles humidos en el grado segundo y fríos en el primero; dan al cuerpo muy poco mantenimiento y muy malo. En suma, son muy propios para ayunar y morir de hambre, con afirma Hermolao Bárbaro, el cual, por este respecto, dice que ya puede ser que esta planta, la cual él llama hispanam atriplicem, hobiese venido la primera vez a Italia de España; queriendo motejar ansí, diestramente, la sobriedad española, con la cual sola sojuzgamos y tenemos debajo del pie cuasi a todas las otras gentes y naciones del mundo" (1962, Pío Font Quer, "Plantas medicinales", España)
"Los iniciados han escrito y escriben sus alabanzas, y los que no lo somos respetamos la obra genial cuyo alcance no llegamos a comprender, sin que nuestra ignorancia nos mueva a motejar de farsantes a su autor, ni de ineptos y snobs a sus corifeos." (1964, Magada Ródenas, "ABC de las plantas de jardín y terraza", España)
"pero... ¿cómo se ha enterado usted de que los toros que van a ver son chicos?... ¡Pues muy fácilmente! En primer término, motejar hoy a un toro cualquiera de chico, equivale a acertar en el noventa por ciento de los casos. Pero aún hay más. Dijimos que esta ganadería es la más famosa de toda la comarca. Es famosa porque suena mucho. Suena mucho (y bien) porque vende mucho. Vende mucho porque sus toros no son grandes." (1966, Jose María de Cossío, "Los mejores toreros de la historia", España)
"El motejar de borracho o judío es moneda que corre en las sátiras personales." (1968, Antonio Rodríguez Moñino, "Discurso de recepción ante la Real Academia Española")
"Estimo evidente que la insensibilidad de los aficionados no se puede motejar de inhumana." (1970, Antonio Díaz-Cañabate, "Paseíllo por el planeta de los toros", España)
"Aún quedan en algunos textos del xviii residuos de la tradicional condena de esta actitud del marido confiado o que se desentiende, y también de los dos nombres principales con que se les solía motejar." (1972, Carmen Martín Gaite, "Usos amorosos del dieciocho en España")
En otro orden de valores, y como distintivo de una neta conciencia extendida y vulgarizada, podríamos motejar a nuestra sociedad como la de la sensibilización ecológica, o de la cultura ecológica." (1975, José María Cagigal, "El deporte en la sociedad actual", España)
"El indio José Uántkl, a quien sus amigos motejaban de «tólkenk», el desmemoriado, suspendió el arreo de las ovejas que empujaba al puesto más cercano y se quedó observando el paso de los exhalantes vehículos, desde cuyas ventanillas de vidrios empañados él era también escudriñado como un objeto arbitrariamente inserto en la soledad." (1975, Luis Gasulla, "Culminación de montoya", Argentina)
"Así, como recordará el lector, terminó mi anterior historia. Yo había decidido contar la segunda ante un grupo de pacientes del sanatorio y, al llegar al momento en que ella, enloquecida, empuña la pistola, el matrimonio de la primera historia me motejó de mentiroso." (1976, Antonio Buero Vallejo, "La doble historia del doctor Valmy", España)
"De temperamento colérico y vengativo, roído por los celos y la lujuria, odiaba intensamente a Francisco porque además querer a Dorotea con deseos «bastardos» como explica Suárez y Romero, «a los blancos de su índole orgullosa y cruel les pesa infínito hallar hombres de color que con una conducta sana y sin mancilla motejen tácitamente sus vicios»". (1977, Isabel Hernández de Norman, "La novela criolla en las Antillas", Puerto Rico)
"Hace unos años, cuando el país estuvo de acuerdo en nacionalizar el cobre, si alguien hubiera postulado que la riqueza básica pasara a manos privadas se le habría motejado de loco." (1978, prensa, Revista Hoy, "De buena fuente", Chile)
"Mas al despedirse del correligionario, la tensa situación de impostura no tiene objeto porque ya no hay testigos de su sacrificio personal, y cuando a solas con su conciencia y sin la precisión de acicalarse ante los focos se relaja en su lecho el casto, feliz de haber achicharrado en purificadores fuegos a sus hermanos de apostasía, las tinieblas le retrotraen a su mísero centro de referencia donde seductor le corteja el recuerdo de lo que hace un rato motejó de trivial, e invadido por el tentador aire de chusma que entonces desestimase, sinceramente acongojado envidia las admirables hazañas del nefando, siendo esta patética alabanza el epitafio que todas las noches sella su íntimo balance de una nueva jornada estéril." (1979, Manuel Longares, "La novela del corsé", España)
"El espíritu vitriólico y deslenguado lo encarna Alfonso Guerra, motejado por Rafael Escuredo en sus primeros días de militante sevillano como «El canijo». La foto, de 1980, explica por qué." (1989, José Luis Gutiérrez y Amando de Miguel, "La ambición del César", España)
"pequeña pluma verdinegra, las calzas, el laúd— y se divertía diciendo que mi uniforme de la Guardia Real no era, en última instancia, más que otro disfraz igual que aquél y que ella debería descubrir algún día, cuál era el verdadero Manuel, si el juglar o el húsar, que así se entretenía motejándome." (1980, Antonio Larreta, "Volavérunt", Uruguay)
"A Simón Vilanova le repelía la manía de Constanza de poner alias escatológicos y chabacanos a cuantas personas conocía, aunque había apodos, como el de Majencio para su tío, que habían hecho más que sonreír al secretario, pero cuya sonrisa, si hubiese llegado a saber que, cuando se refería a él en sus confidencias con Marica Fouz, Constanza le llamaba Pompadour, quizá repentinamente se habría congelado. Sólo a su doncella se atrevía a motejar a la cara apodándola Maricaca, sin que ella, tan coprófila como Constanza, se sintiera en absoluto molesta." (1982, Carmen Gómez Ojea, "Cantiga de agüero", España)
"Damos respuesta a estas preguntas en tres sucesivos capítulos. Y aquí nos apresuramos a decir que, gracias a Dios, el muermo, sus antecedentes y consecuentes, no son ninguna enfermedad -aunque nosotros los hayamos motejado de tales, siempre por broma- que caiga en la jurisdicción de la psiquiatría." (1983, Álvaro Fernández Suárez, "El pesimismo español", España)
"Paradójicamente, Sarmiento ha sido motejado de bárbaro" (1984, prensa, El País, "Releyendo a Sarmiento", España)
"La escalada era un hecho cierto. El oficial marqués había pasado de ser aludido con un irrespetuoso, «ese hombre», a ser motejado con la ambigua tacha de «desdichado», término que sin vestir los ropajes del insulto, sí se colgaba encima los mandilones del desprecio, o de la lástima guarreras al menos -la compasión que se siente por un vagabundo borracho al que la vomitera emporca la barba de papilla y vino, es vecina al asco, al despego y al rechazo-, y el nexo entre la feroz cagalera y las pullas del marqués, le pareció absoluto." (1984, Ramón Ayerra, "La lucha inútil", España)
"Esta situación los lleva a una obsesiva inquietud por marcar constantemente su frontera de clase con los trabajadores y por borrarla con la clase alta. Para certificar que pertenecen a la Argentina decente y presentable, y no a la vergonzante Argentina secreta, se complacen en motejar de «cabecitas negras» a los obreros de origen provinciano." (1985, Salvador Ferla, "El drama político de la Argentina contemporánea", Argentina)
"Pues una sociedad más pluralista no quiere decir una sociedad más neutra y aséptica. Por lo tanto muchos padres buscan hoy un colegio donde la educación apoye y no contradiga la formación que se imparte en casa. Colegios que no hay por qué motejar de «adoctrinadores», a no ser que descalifiquemos también así a todo padre que inculca unos determinados valores a sus hijos. En suma, tanto por razones académicas como ideológicas, no da lo mismo una escuela que otra, y los padres quieren ejercer su derecho a elegir." (1985, prensa, ABC, "Enseñanza básica", España)
"¿Asamblea? ¿Desde cuándo se le nombra asamblea a semejante esquech? Oigan cómo se insultan; miren cómo se manotean unos a otros, refriegándose las progenitoras. Una asamblea sindical no es un herradero, ni un sanquintín, ni un palenque donde se motejen de rateros los unos a los otros. Una asamblea no es imposición, ni fascismo, ni manipuleos ni cantinfladas..." (1985, Tomás Mojarro, "Yo, el valedor", México)
"Tía Macrina, su esposa (que tenía muy juntos los hermosos ojos garzos y una nariz incorrectamente respingona) se solidarizó con su marido y agregó, con lúcida pertinencia, que «la dijeran de un niño, uno solo -recalcó- que a los siete años no hubiese aspirado a ser héroe o bombero». Su apostilla hirió en lo más hondo a mamá Zita, la más directamente afectada y a quien las palabras de papá León habían sonado a elogio (algo así como si hubiese vaticinado para su nieto Gervasio el capelo cardenalicio), lo que la indujo a recabar el "orgullo de ser madre de ese niño que escapaba de la norma" y a "encarecer comprensión de quienes no habían tenido la misma suerte", alusión que tío Vidal cogió al vuelo y le obligó a levantarse e ir hacia ella fuera de sí, murmurando entre dientes su vocablo preferido para motejar a sus hermanas: «Majadera, majadera, majadera»." (1987, Miguel Delibes, "Madera de héroe", España)
"En ese barrio, con su nocturna Calle 42 situada en la plaza del Progreso (o del señor Téllez, que se decía cuando una municipalidad franquista la motejó de Tirso de Molina), hasta la década de los 60 se encontraban aún los restos de un Madrid verbenero, sainetero y redicho que, por uno de esos fenómenos de trasvase del tópico a la realidad, era auténtico. Y misterioso." (1987, Juan García Hortelano, "Mucho cuento", España)
"Pasó a depender en todo de una madre postiza que la aborrecía y que se esforzaba por humillarla y por hacerle dura la existencia recriminándola de continuo y encomendándole las labores más pesadas... Acabó llevando clavada en el alma como una espina la reiteración de sus hirientes vituperios, que parecían deleitarse motejándola de india remontada y piojosa... Mas fue a la postre esa situación tan pródiga en agravios la que le sirvió de estímulo para obtener en el Internado Indígena una beca que le permitió trasladarse a Tuxtla y estudiar en la Normal de esa población la carrera de maestra." (1987, Ramón Rubín, "Los rezagados", México)
"Todo está calculado para impedir el cambio. Quien lo proponga será motejado agente de ideologías foráneas, aunque, como los sostiene Eduardo Galeano, lo extranjero y adventicio en América es el capitalismo. Cita una frase sentimental del entonces jefe de la CNI y actual miembro de la Junta de Gobierno en representación de Pinochet, general Humberto Gordon, quien afirma románticamente: «La seguridad nacional es como el amor: nunca es suficiente.»" (1988, Volodia Teiteboim, "En el país prohibido. Sin el permiso de Pinochet", Chile)
"El dentista intentó convencerlo de que no debía preocuparse: «Cuando estés con ella cierra los ojos y déjate llevar como si entonces tú fueras la escoba». El tío Camarillo lo motejó de loco: hombre, hombre, si lo que quería era sentir a ese demonio entre sus brazos y no pisarla, sino dejar que ella lo hiciera." (1988, Héctor Sánchez, "El héroes de la familia", Colombia)
"Lo que lo inquieta es que vuelva a Chile el régimen democrático. Para él toda forma de democracia es comunista. Así ha motejado mil veces al gobierno de Salvador Allende. Su adversario es toda la oposición. El peor peligro es su unidad." (1988, Volodia Teiteboim, "En el país prohibido. Sin el permiso de Pinochet", Chile)
"La primera de ellas se celebró en 1874, provocando el rechazo del público y la aparición de críticas implacables. Fue el momento en que Leroy, crítico de Le Charivari, motejó a los pintores de «impresionistas»" (1991, Arturo Colorado Castellary, "De altamira al Guernica", España)
"Gómez Pintado, cuya mayor virtud es llamarse como Bernabéu, se parece a Anguita sólo en su condición de mosca cojonera (con perdón). Nada que ver su palabra atropellada y faltona con el académico didactismo y la retórica redicha del líder de Izquierda Unida. A quien de verdad se asemeja Pintado es a Alfonso Guerra. Sólo le faltó nombrarse candidato de los «descamisados» en cualquiera de sus populistas y mesiánicas intervenciones. Desaprovechó una ocasión pintiparada para motejar a Mendoza de «tahúr del Mississippi» cuando éste descalificó a Pérez por no saber jugar al mus. Estuvo definitivamente torpe al no acusar a Mendoza de la creación del GIL." (1995, prensa, El Mundo, "Carlos toro: El camarote de los hermanos Marx", España)
"«El monje» concedió a su autor una inmediata gloria pública, pero muy pronto fue motejada de inmoral por la naturaleza excesivamente procaz de alguna de sus descripciones, lo que motivó que el Fiscal General ordenase a Lewis que suprimiera los pasajes más escabrosos. Así, la segunda y sucesivas ediciones de «El monje» aparecieron mutiladas. Ciento ochenta años después, Howard Anderson ha editado críticamente la novela (Oxford University Press, 1973), cotejando la «princeps» y el manuscrito con gran precisión filológica." (1996, prensa, ABC Cultural, "El Monje", España)
"Ni Quevedo ni Jáuregui ni Lope se espantaron de la audacia o numerosidad de las metáforas de Góngora, que los académicos desaprueban ahora. Su crítica se enderezó más bien a motejar la hinchazón, los latinismos y la pobreza de los tropos gongorianos, siempre derivados de motivos astronómicos, bucólicos o suntuosos." (1996, ABC, "Ultraísmo. Borges, el vanguardista", prensa, España)
"El instructor del expediente afirma que «motejar una decisión judicial de insólita equivale, según el diccionario (...), a tenerla por rara, extraña o desacostumbrada, y cualquiera de estos calificativos es capaz de arrojar sobre ella una ofensiva sombra de contradicción con la seguridad jurídica y de arbitrariedad»." (1997, prensa, El País, "El Poder Judicial sanciona a Liaño por falta grave a sus superiores", España)
"No obstante, no hay que perder de vista que las vicisitudes de la célebre Wall Street -la terrible «gripe asiática», hoy motejada como virus spread out o efecto dragón, aquí rebautizado efecto wantán- se iniciaron en julio." (1997, prensa, "Caretas", Perú)
"Diez años esperó Universidad Católica esta noche, la de anoche. Y no fue una espera cualquiera ya que en varias ocasiones estuvo allí el título, al alcance de la mano. La rabia y los rostros con rubor se transformaron en comunes entre los cruzados cada vez que se les motejaba de arrugones, eternos subcampeones y otras linduras." (1997, prensa, La Época, "Universidad Católica también sabía ser campeón", Chile)
"Zhu motejó de irracional la política de «crecimiento ilimitado a toda costa» y por ello fue depuesto y enviado a una granja estatal durante cinco años para que se reeducara políticamente." (1998, prensa, "Zhu Rongyi", España)
"El caso es que el uso de mercancías con valor de cambio obligó a pesadas con balanza y que en el lenguaje popular se diferenció el peso o pesada de materiales blandos del «peso duro» en metal y que éste fue el nombre que se adjudicó al real de a ocho., que con el tiempo tanto fue conocido tanto por «peso» como por «duro». Muchas monedas hispanoamericanas se llamaron «peso» y cuando se introdujo en España una moneda de plata de menor valor se la bautizó con el gracioso y femenino diminutivo de «peseta», aún vivo, sin perjuicio del calambour de motejar como masculino «pesetón» a la doble peseta. Perdón por la digresión, pero nada hay tan divertido como los nombres populares de la moneda que merecerán otro artículo." (2000, Antonio Beltrán Martínez, "Pueblos de Aragón II", España)
"La comida se consumía hacia las doce, con muy variada composición que respondía casi siempre a los productos de la tierra, a la estación y a los «posibles» de la casa; en el siglo XIX se difundió el «cocido» que no se diferenciaba del que pudo considerarse como «plato nacional» y que hizo nacer el apodo de «garbancero» para motejar al adocenado y trivial, cuyos componentes eran definidos por orden de preferencia y cuantía en Bujaraloz mediante una cuarteta infantil: «sopa poca, garbanzos cuatro, carne y tocino valiente plato». Era parecido por su composición, el «reca» y a esta rutina alimenticia repetida se sumaban patatas y bacalao y productos del campo propio." (2000, Antonio Beltrán Martínez, "Pueblos de Aragón II", España)
"Antes que viajero, me considero un aficionado a las historias, o incluso un fabulador, de lo que se me ha motejado alguna vez sin que me pese." (2001, Lorenzo Silva, "Del Rif al Yebala", España)
"Algunos hay tan listos para su menester que ya son conocidos por la afición de las plazas donde suelen actuar. Aquí en Sevilla hay uno, motejado por veterinarios y gubernativos como Castelar por su continuo e incesante movimiento de boca, que es un verdadero experto en echarse de costado sobre el toro para evitar el derribo." (2001, Santi Ortiz Trixac, "Lances que cambiaron la Fiesta", España)
"Gutiérrez Limones, de treinta y siete años, se había erigido en líder de un grupo de jóvenes alcaldes motejado como «los catetos», cuyos integrantes, al igual que otros jóvenes alcaldes de toda España, eran partidarios de un cambio impulsado desde abajo. " (2002, Gonzalo López Alba, "El relevo", España)
"Políticas con sesgo antiexportador y con fuerte tendencia a paralizar la inversión en los sectores no petroleros, junto a una deslegitimación social de los empresarios y la producción de riqueza, acompañados de la denuncia a los grupos económicos tradicionales, conformaron una visión de la economía profundamente anticapitalista que, por sus efectos adversos a los trabajadores y favorable a algunos grupos económicos, puede ser motejada como «neoliberal», en el sentido agresivo que la expresión tiene en el contexto latinoamericano y venezolano, en particular." (2002, Carlos Blanco, "Revolución y desilusión. La Venezuela de Hugo Chávez", Venezuela)
"A ello hay que añadir el desacierto en contratar a un sujeto que con únicamente tres caballos, de los peores de su cuadra, como si se tratase la nuestra de una plazuela de pueblo, repitió en el hoy nunca mejor motejado «número del caballito» exactamente el mismo libreto cursi, cansino, insulso y chapucero en sus tres desafortunadas apariciones (con tirada de cabello incluida)." (2004, prensa, El Comercio, "Malas corridas", Ecuador)
FUENTE: CORPUS RAE
Palabras enraizadas: mote, motejador, motejadora, motejo, motejable, motete, motecillo
ETIMOLOGÍA
Según María Moliner, del catalán "motejar"
Según Vicente García de Diego, de mote, y este del catalán mot.
Según la RAE, del occitano o del francés mot 'palabra, dicho'
Según Gregorio Mayans y Siscar, proviene del provenzal 'mot', al menos en su sentido de "texto poético glosado". (1737, "Órígenes de la lengua española")
Breve estudio del uso del término "mote" en los textos antiguos (FUENTE: CORPUS RAE):
-En el primer texto que encontramos la palabra "mote" se emplea como sinónimo de "palabra", o quizás "nombre" o "sobrenombre":
"ablaremos de Bilham, esto es, de Balaam, cal mudaron las letras en el mote los arávigos, como vos dixiemos poco ante d'esto, e dixieron Bilham por Balaam." (1275, Alfonso X "General Estoria")
-En estos textos el término "mote" se emplea como "palabra" o "frase":
"Bienaventurado es el omne que es largo de su aver e caro de su palabra. Mientre calla el omne es en paz; si fabla omne, o dirá escontra sí, o escontra otri. A las vezes son peores las llagas de las lenguas que los colpes de cochillo; a las vezes cala la palabra el cuerpo del omne e pasa el coraçón, que non lo calaría tan bien el aguja. Más vale el omne que sea mudo que non que fable mal. A las vezes pierde omne grant merced por un mote malo que diga. Más puede omne dezir lo que non dixo, que callar lo que dixo." (1285, anónimo, "Libro de los cien capítulos")
"E sentávanse apartadas, e rezavan sus oras, que non fablavan mote mientra que rezavan." (1431-1449, Gutierre Díaz de Games, "El Victorial")
"Capitulo onze. del mote yesiba que quiere dezir asentamyento Asentamiento. el comienzo deste nonbre en nuestro lenguaje es asentarse onbre en algun logar." (1419-1432, Pedro de Toledo, "Guía de los Perplejos de Maimonides")
-En estos textos de la primera mitad del siglo XV se emplea en el sentido de "lema", "frase", "reflexión", "eslogan", "rótulo", "frase breve y profunda" o incluso quizás como "sentencia breve, que incluye algún secreto o misterio, que necesita explicación.":
"¡O, maldita sea tal vida pues / no me basta cordura! / Que jamás no se m'olvida / de diriz por mi ventura: / cativo de minya tristura. / Diga d'esto que vos digo / quien sintier tal como siento, / que yo con grant desatiento / traygo por mote comigo. / ¡O, maldita sea tal vida / pues no me basta cordura!" (1400-1440, Gonzalo de Torquemada, "Poesías")
"Entramos por la barrera / del alcáçar, bien murado, / fasta la pouerta primera / a do yo ui, entretallado, / un título bien obrado / de letras que concluýa: / "El que por Uenus se guía / entre a penar lo passado". / Ypólito me guardaua / la cara, mientra leýa, / ueyendo que la turbaua / el themor que me pungía, / ca, por cierto, presumía / que yo fuesse atribulado, / sentiéndome por culpado / de lo que allí se entendía. / Díxome: "Non reçeléys / de pasar, maguer ueades / en las letras que leéys / estrannas contrariedades, / ca el mote que mirades / al ánima se dirige; / tanto qu'el cuerpo la rige, / de sus penas non temades". (1407-1463, Marqués de Santillana, "Cancionero de Estúñiga")
"Oýd qué dize mi mote: / "Syempre uençen seguidores"; / non puedo uençer amores. / Desqui conquistador / del mundo et començé, / de todo fuy uençedor; / sola uos fuerte fallé, / por quien pago el escote / que gozé de uençedores, / e non puedo uençer amores." (1407-1463, Marqués de Santillana, "Cancionero de Estúñiga")
"Éste era Íñigo López, que por Íñigo López podemos entender qualquier omne virtuoso, ca este tal bive perdonando e aborresçiendo los odiosos viçios, por que pueda cantar con el psalmista en el davítico e proféctico libro aquel mote que dize así: «Iniquos odio habui et legem tuam dilexi.
»" (1439, Juan de Mena, "Comentario a la
«Coronación del Marqués de Santillana»"
"Çerca delo qua(n)l / es de saber que en estandarte gujton & confalon / non se deuen poner armas mas sola mente mote / o deujsa." (1436-1470, "Cancionero de París")
"escriuo por las paredes / por mote: verdad e fe, / la qual nunca quebranté." (1445-1448, Gómez Manrique, "Cancionero de Gómez Manrique")
"Del mote del Marqués, Dios é Vos, en que se declara en qué manera los santos oran é ruegan á Dios por nos. Marqués.- Por quanto en algunos tiempos pasados me preguntásteis qué propósito me auía movido á traer por mote las palabras que en mis reposteros é banderas e traído todo el tiempo pasado de mi vida, é yo non vos respondí, nin declaré mi propósito á otro alguno, antes a seydo opinion de todos los más que me lo han visto traer que yo lo traía por la vanedad del mundo; é la verdad es que mi propósito é entencion siempre fué teniendo gran esperanza en Nuestro Señor Dios que abría misericordía de mí, é en Nuestra Señora la Virgen María que abogaría é se interponía por mí, yo tomé por devocion, por tener contina mente en mi memoria á Nuestra Señora, de traer este mote Dios é Vos, entendiendo por aquel Vos á Nuestra Señora, é queriendo dezir que la misericordia de Dios, é la devocion de Nuestra Señora, é su intercesion é ruego me abían de traer en camino de salvacion." (1458, Pero Díaz de Toledo, "Diálogo é razonamiento en la muerte del marqués de Santillana")
"pero el cauallero que está obligado a recebir la muerte loable & huyr de vida torpe, deue seguir la doctrina del mote que traéys en vuestra deuisa, que dize: «Un bel morir toda la vida honrra», al qual me refiero." (1470-1485, Hernando del Pulgar, "Letras")
"E ante que las torne en romançe, presupone un prologo que contiene algunas cosas de nota & entre ellas esta glosado el mote de la alteza del rey nuestro sennor, que dize «tanto monta»" (1474-1500, Antonio de Villalpando, "Razonamiento de las Reales Armas de los Católicos Reyes don Fernando y doña Isabel")
"e, porque es titulo de tanta exçelençia, llamamos a Dios rey del çielo & de la tierra e del esta escripto que el mote de su devisa es «Rey de los Reyes, Sennor de los Sennores»" (1474-1500, Antonio de Villalpando, "Razonamiento de las Reales Armas de los Católicos Reyes don Fernando y doña Isabel")
"Este noble rey traya un mote en lengua gryega que tornado en la nuestra castellana dyze: «AMOR HONRRA Y SEÑORÍA NO QUIERE CONPANYA»" (1492, anónimo, "La corónica de Adramón")
-En este fragmento de mediados del siglo XV se emplea "mote" en el sentido de "sobrenombre", "alias" o "palabra o reflexión con la que alguien se identifica":
"Mi arreo será pessar, / mi enbençión será tristura, / mi canto será gridar, / mi mote será amargura" (1449, Fernando de la Torre, "Libro de las veynte cartas e quistiones")
-En estos cancioneros parece que se emplea "mote" en el sentido de "mordacidad" o "dicho agudo y malicioso":
"N
o digo porque seamos / diferentes en lenguajes, / ni contrarios en linajes, / mas por quanto en los plumajes / en algo diferençiamos, / ca yo sufro capirote / porque vengo de neblís, / el qual vos, Juan, no sofrís; / dezidme lo que sentís, / poeta, con este mote." (1450-1480, Gómez Manrique, "Cancionero")
"Tornóse el estola chia, / y el hábito capirote, / no vos lo digo por mote, / cantó luego el sacerdote / la guaya por alegría." (1445-1519, anónimo, "Cancionero de obras de burlas provocantes a risa")
-En este fragmento de "La Celestina", se emplea "mote" en sentido de "comentario negativo" o "frase burlona o de reproche":
"Mientras ellos están hablando, Pármeno, oyendo hablar a Celestina de su parte contra Sempronio, a cada razón le pone un mote, reprehendiéndolo Sempronio." (1499, Fernando de Rojas, "La Celestina")
-En este texto parece que se emplea "mote" en el sentido de "mordacidad, palabra o frase ingeniosa o punzante, especialmente si dichas de manera que cueste entender el agravio, o que agravien indirectamente":
"Fue reprehendido Tullio por injuriar a Octauiano manifiesta mente de costumbre de su patria / aunque el Emperador no lo vsaua ya. De vna sola cosa tenemos liçençia en buena conuersaçion quando somos con mote tocados: que podemos voluer la recompensa en la mesma manera y estilo de donaire / con tal condiçion que no exçeda la razon del motejar." (1539, Cristobal de Villalón, "El Scholástico")
"y como a la hora del comer vino el cauallero a palaçio entro en la sala real donde le salio vna dama a rescebir y dixole: pesado nos ha con vuestra prision / y teniamos gran temor / que el rey os hauia de mandar hahorcar. Respondio injuriado el cauallero: yo tambien señora me temi / mas consolauame * conque vuestra merçed me demandara por marido. Esto dixo porque es vso de castilla / y de otras muchas prouinçias / que si esta alguno condenado a hahorcar y le demanda por marido alguna publica ramera se le den: y no muera el tal condenado por aquel delito. Bien se sufrio que con esta manera de dezir se satisfaziesse este cauallero de la injuria que esta dama le dio por yr cubierto el mote y debajo de velo de donayre graçioso / con que la llama ramera: lo qual no se sufriera si fuera claro y a lo manifiesto la tocara." (1539, Cristobal de Villalón, "El Scholástico")
"Si quando Octaviano Augusto preguntó a un mancebo, que le parescía mucho, si su madre por ventura avía estado en algún tiempo en el palacio de Cesar, le respondiera assí simplemente que no, preguntándoselo él con malicia, perdiérase la gracia de la respuesta. Respuesta aguda. Mas como de la manera de la pregunta entendió el discreto mancebo la malicia, respondió que su madre nunca avía estado en casa de César, mas que su padre sí muchas vezes, y desta manera ingeniosamente rechaçó el mote en las parientas de César." (1533, Bernardo Pérez de Chinchón, "La lengua de Erasmo nuevamente romançada por muy elegante estilo")
"Dime tu madre viuio algun tiempo en Roma? Dando a entender / que podria ser que estando en la çiudad hauira tenido su padre del Emperador açesso con ella: y que de aquel açesso le pariesse tan semejante a el. El mançebo voluiendo por la honrra de su madre respondio: señor mi madre nunca entro en Roma / mas mi padre viuio mucho tiempo aqui. Dandole a entender que su padre pudiesse hauer comunicado a la emperatriz. Asi pareçe que voluiesse aguda mente el mançebo el mote al Emperador." (1539, Cristobal de Villalón, "El Scholástico")
"Pues éste, como tuviesse cercada la ciudad de Çaragoça de Sicilia algunos días, los de la ciudad motejávanle del adarve, diziendo: «Cantarero, ¿quándo pagarás el sueldo a tus soldados?». Él, sonriéndose, dezía: "Quando tomaré essa vuestra ciudad". ¿Qué otra cosa hazían aquellas palabras sino encender el ánimo del enemigo para que les hiziesse más mal? Puesto que Agatocles sufrió aquella injuria con paciencia, contentándose con responderles otro mote, después que tomó la ciudad, vendiendo aquellos que le avían motejado, les dixo: «Si de aquí adelante me dezís injurias, quexarme he de vosotros a vuestros amos»." (1533, Bernardo Pérez de Chinchón, "La lengua de Erasmo nuevamente romançada por muy elegante estilo")
-En este texto de 1590 encontramos por primera vez el término "mote" con el significado que tenía en América:
"El pan de los indios es el maíz; cómenlo comunmente cocido así en grano y caliente, que llaman ellos mote, como comen los chinas y japones el arroz también cocido con su agua caliente. Algunas veces lo comen tostado; hay maíz redondo y grueso, como lo de las Lucanas, que lo comen españoles por golosina, y tiene mejor sabor que garbanzos tostados. Otro modo de comerle más regalado es moliendo el maíz y haciendo de su harina, masa, y de ella unas tortillas que se ponen al fuego, y así caliente se ponen a la mesa y se comen; en algunas partes las llaman arepas. Hacen también de la propria masa unos bollos redondos, y sazonándolos de cierto modo que duran y se comen por regalo. Y porque no falte la curiosidad también en comidas de Indias, han inventado hacer cierto modo de pasteles de esta masa, y de la flor de su harina con azúcar, bizcochuelos y melindres que llaman. No les sirve a los indios el maíz, sólo de pan, sino también de vino, porque de él hacen sus bebidas con que se embriagan harto, más presto que con vino" (1590, José de Acosta, "Historia natural y moral de las Indias", España)
-En esta obra de 1593 encontramos una interesante definición de "mote":
"También se ha de saber que el mote, ora muerda, ora no, si no es subtil y donoso, no reciben dél ningún deleite los que le oyen, antes se entibian y resfrían, y si acaso se ríen, no es del mote sino del grossero motejador. Y porque ninguna otra cosa son los motes que engaños, y el engañar, assí como es cosa artificiosa, no se puede hazer sino por personas de agudo ingenio, especialmente si son de improviso, mal conviene a los hombres torpes de gruesso ingenio, si no fuesse quando hablando acaso con aquella simpleza, dizen algunos dichos dignos de reir; que entonces se gusta más del que naturalmente [63v] dize el mote o apodo, que no quando es con artificio fingido. Motes naturales sin malicia Como un labrador que siendo preguntado por unos ciudadanos a qué venía, miró al uno dellos, que tenía la barva negra y espesa, y dixo: - Vengo a vender un cochino, hablando con perdón de las barvas honradas de este señor-." (1593, Lucas Gracián Dantisco, "Galateo español", España)
"De los que dizen motes sin saberlo hazer Y quando una o más vezes han provado la fuerça de su ingenio en vano, conócense poco diestros, y dexan de emplearse en semejante exercicio, pues es un cierto donaire que pocos le saben dar su punto. Éste es propio de algunos, que para cada palabra tienen aparejado un mote o un dicho gracioso. Y deves saber que sacados los motes y donaires de su original e inventor, no pueden ser tan graciosos, trasladados y contados por boca de otros, ni puestos en escritura." (1593, Lucas Gracián Dantisco, "Galateo español", España)
En este texto se define mote como "texto poético glosado":
"de mot, voz también provenzal que significa texto poético glossado, mote, i de ahí motete; como de son, sonete i sonsonete. De gelu decimos yelo." (1737, Gregorio Mayans y Siscar, "Órígenes de la lengua española", España)
En este texto de mediados del s. XVIII se emplea como "sobrenombre o expresión por la que se conocía a alguien":
"Con efecto, los retóricos del dómine Zancas-Largas (éste era su mote, o su verdadero apellido) eran muy nombrados por toda la ribera de órbigo y por todo lo que baña el famoso río Tuerto." (1758, José Francisco de Isla, "Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas alias Zotes", España)
En esto textos de mediados del s. XIX se emplea "mote" en un sentido muy próximo al actual:
"El Velludo, a quien daban este mote por el mucho vello de que estaba cubierto, era el ladrón más famoso en Castilla y el terror de aquellos contornos." (1834, José de Espronceda, "Sancho Saldaña o El Castellano de Cuéllar", España)
"Elisa ¡Ay, qué nombres! ¡El tío Roña...! Frutos Allí todos tienen mote: tío Tozuelo, tío Perote, tía Lechuza, tía Ponzoña..." (1840, Manuel Bretón de los Herreros, "El pelo de la dehesa", España)
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